Estimado Javier,
El rostro que tiene usted es de tal envergadura que es que no tiene parangón. A quien habría que denunciar es a usted por insultar al señor Rallo, llamándole “vil y rastrero”. Usted es muy burro, y ni eso puede usted entender, porque es usted muy tonto. Usted no puede ser licenciado en nada. Es imposible. No se puede argumentar con usted porque le falta a usted un poco de humildad. No sabe lo ignorante que es usted. Que usted llame “vil y rastrero” al señor Rallo, usted que es un tipo que no sabe ni leer ni escribir correctamente, para, a continuación, pedirle que denuncie a otro por insultos, es de una cara, de una ignorancia y de una sinvergonzonería prodigiosa. Es que eso no se le ocurre ni al que asó la manteca. Es que es usted muy bobo. Usted no es marxista, porque usted va a una reunión de marxistas y le echan a patadas, por tonto. Y el que da la cara y el valiente no es precisamente usted posteando con el nombre de “Javier”. En el mundo hay Javieres a patadas. Y jumentos, como usted, no le quiero ni contar. Nadie, ni su madre, se puede creer que haya estudiado usted, y mucho menos que haya terminado ni siquiera el bachillerato. Usted no tiene ni idea de lo que está hablando, y no representa al gremio de los auditores, pero ni de lejísimos. Usted quiere desviar el tema hacia otros derroteros más favorables a sus holgazanes intereses. A ver si de una vez le entra en la mollera: Estudie, trabaje, póngase al día, entre en webs liberales, escuche a Juan Ramón Rallo, probablemente el mejor economista vivo que existe en el mundo, y que, encima, habla en español. Aprovéchelo. Entre usted en YouTube y escuche conferencias de otros liberales, y de profesores de economía liberales. Hágase un hombre, asuma responsabilidades. Aprenda usted de sus propios errores, y no siga empecinado en dar clases de rebuznos a los demás con la misma cantinela, que es que usted cansa de puro borrico.
